El Síndrome de Asperger en la consulta del consejero

Maxine Aston

Publicado por el Counselling and Psychotherapy Journal en junio de 2003

Traducción: Isabel Rosales Mateos y Ana González Carbajal

Texto original: Asperger Syndrome in the Counselling Room (http://www.maxineaston.co.uk/published/AS_in_the_Counselling_Room.pdf)

¿Cómo puedes saber si uno de los miembros de una pareja que se sienta en frente tuyo sufre SA? Maxine Aston habla sobre este complejo y a veces incomprendido trastorno y explica porqué la respuesta de un consejero a una pareja dándoles a conocer por primera vez el SA puede ser crucial.

Para que sea más fácil de leer, me referiré al hombre como el miembro de la pareja con SA (SA) y a la mujer como neurotípica (NT). Puesto que el SA es un trastorno neurológico, neurotípico en este caso implica la ausencia de este trastorno.

Cuando John y Carol vinieron por primera vez a la consulta, el consejero percibió una atmósfera de inseguridad y embarazo en ellos, que sugería que no estaban seguros de si querían o no estar allí.

La pareja se sentó frente al consejero. John le dirigió a éste una mirada que parecía de bienvenida, pero en seguida sus ojos se quedaron fijos en una pequeña mesa que había en la esquina de la sala. Carol se disculpó por haber llegado tarde. El consejero se presentó y les dio la bienvenida, explicándoles en qué consistía la entrevista. John no miró al consejero o a su mujer durante todo este tiempo, estuvo echando una mirada a la sala, entreteniéndose unos segundos en inspeccionar cada objeto, hasta que su mirada volvió a fijarse en la mesa. El consejero se sintió incómodo porque le parecía que no estaba prestando atención a lo que decía.

Mientras tanto Carol permanecía sentada mirando atenta y perpleja. Antes de que el consejero pudiera acabar de invitarles a exponer las razones por las que estaban allí, Carol explicó por qué habían acudido. Creo que él tiene SA, dijo mirando a su marido. La mirada no fue recíproca. Leí un artículo del periódico y ahora he leído un libro sobre ello. Eres la primera persona con la que hablo. Necesitamos ayuda. No puedo más. Estaba a punto de abandonarle, pero entonces leí este artículo… Acabo de darme cuenta de que tiene Asperger.

El principio o el fin

La escena arriba expuesta, aunque de ficción, es muy típica. Esta revelación en la consulta puede ser el comienzo de un nuevo tipo de relación entre la pareja o el fin de ella. En algunos casos esto puede depender en parte del conocimiento, la comprensión y la respuesta dada por el consejero.

El síndrome de Asperger es un trastorno muy complejo y a menudo incomprendido. Durante una época se creía que los individuos con SA no tenían deseos o capacidad para establecer relaciones íntimas. Ahora se acepta que sí que establecen relaciones de pareja, pueden decidir casarse, tener niños y a menudo llevan lo que puede parecer una vida confortable y socialmente aceptable. A menudo son sólo los más cercanos al individuo con SA, como sus padres o parejas, los realmente conscientes de los problemas que el síndrome puede causar.

El síndrome de Asperger es un trastorno generalizado del desarrollo causado por un defecto neurológico en el funcionamiento del cerebro, que afecta a una de cada 250 personas (Kadesjo, Gillberg y Hagberg, 1999), aunque se piensa que esta proporción es mucho mayor debido a la cantidad de personas con SA sin diagnosticar. Afecta predominantemente a hombres con una proporción de 4 a 1 sobre las mujeres.

El SA causará dificultades en la comunicación, tanto verbal como no verbal, la interacción social y la imaginación. Inhibirá la capacidad del individuo para leer la mente del otro y relacionarse empáticamente con su estado emocional. Puede dar lugar a una necesidad por rutinas estrictas y a una tendencia a preocuparse con un interés absorbente en un determinado campo o interés. No afecta a la inteligencia académica, sólo a la social. Esto puede dar lugar a un individuo que puede tener brillantes resultados académicos, una profesión de responsabilidad y cualificación y sin embargo ser incapaz para la interacción social y la comunicación.

La comunicación y la reciprocidad emocional suelen ser fundamentales para que una relación funcione o no. Son los ingredientes clave para mantener una relación que funcione. Si uno de los miembros de la pareja está afectado por SA y es por tanto incapaz de dar o incluso de comprender la necesidad de estos ingredientes básicos, entonces es casi seguro que la relación va a entrar en dificultades. Esta posibilidad casi inevitable hará que sea muy probable que una pareja en esta situación acabe en algún momento visitando a un consejero.

El estudio de Aston ha mostrado que el 75% de las parejas afectadas por el SA acudieron a un consejero. El estudio también demuestra que la mayoría de ellos estaban insatisfechos con los consejos recibidos y con las consecuencias que estos tuvieron para su relación.

Las parejas decían sentirse incomprendidas, no escuchadas y que sus problemas eran trivializados. A algunas mujeres el consejero les había dicho que el comportamiento de su pareja era simplemente masculino. La diferencia entre un hombre AS y uno NT es la capacidad de elección. El hombre NT puede decidir si desea pasar tiempo en una conversación íntima con su pareja, puede mantener una pequeña charla y socializar si le apetece y puede controlar las rutinas y los intereses rígidos. En la mayoría de los casos, los hombres NT eligen sobre lo que hacen o no respecto a la relación de pareja, mientras que los individuos con SA no tienen elección. No pueden atender las necesidades emocionales de sus parejas ni atender las demandas que les plantea una relación de pareja.

Cuando la pareja acude a la consulta, el NT puede parecer bastante desesperado y frustrado por las dificultades y por el hecho de que el peso de la relación recaiga sobre sus hombros. Suele decir cosas como: Él es incapaz de hablar de sus sentimientos… Me trata como a un objeto… Está obsesionado por la rutina… Me acusa constantemente de ser crítica con él. Finalmente, el pensamiento que la mayoría de mujeres NT parecen expresar es Creo que me voy a volver loca.

Mientras tanto, su pareja suele decir cosas como No sé lo que quiere de mí… Me gustaría que me dijera exactamente cómo puedo hacerla feliz… Hago todo lo que físicamente puedo para ayudarles a ella y a los niños, y todo lo que hace reñir y culpabilizarme. El hombre con AS puede ser muy sensible a cualquier tipo de crítica.

Si hay niños, pueden surgir problemas en la pareja sobre el modo de educarles. Él puede centrarse en sus logros académicos más que en su crecimiento personal. Ella puede acabar diciendo que está criando a sus hijos sola sin ayuda de su padre. Puede pasar que ella asuma toda la responsabilidad en la marcha de la casa, las finanzas y los compromisos sociales. Ella puede decir que esto es porque no puede confiar en que él haga nada por ella.

Esto puede parecerle justo lo contrario de lo que ve frente a él: un hombre muy inteligente con un trabajo de responsabilidad que dice que no comprende por qué ella nunca está contenta.

El SA es un trastorno muy complejo y la persona puede parecer una paradoja. Parece ser inteligente, trabajador, leal y sin embargo incapaz de asumir responsabilidades en las más básicas tareas domésticas que impliquen intuición o previsión. Es improbable que ella le deje la responsabilidad de cuidar de los niños o desenvolverse en tareas que impliquen a otras personas.

Cómo responder

De manera que, cuando al un consejero se le presenta una pareja sobre la que hay una mínima o fuerte sospecha de que pueden estar afectados por el SA, ¿cuál es el modo más apropiado de trabajar con ellos?

Primero es necesario discutir con la pareja si el consejero es la persona más adecuada para ellos y puede darles los consejos apropiados y entender sus necesidades. Si no es así, sería recomendable remitir a la pareja a alguien experto en este terreno. Es fundamental que la necesidad de los clientes sea prioritaria. En segundo lugar es muy útil que el consejero tenga alguna experiencia personal con los trastornos del espectro autista. Es imposible familiarizarse con el SA a través de un libro de texto, la experiencia de primera mano vale su peso en oro.

El consejero necesitará valorar la disposición del paciente con SA para ser aconsejado. El SA es un trastorno con un amplio espectro, lo que quiere decir que puede variar en severidad. Si el cliente parece estar severamente afectado o se niega totalmente a aceptar que tenga problemas y culpa a su pareja o hijos, entonces es poco probable que los consejos tengan éxito.

La pareja puede querer discutir con el consejero si buscar o no un diagnóstico, si es que no se ha obtenido ya previamente. Cuando una persona se ha autodiagnosticado o su pareja está bastante segura de que es SA, es improbable que estén equivocados.

Es importante discutir con la pareja el significado de la etiqueta diagnóstica y la diferencia que les aportará, tanto individualmente como en pareja. Si la decisión es obtener un diagnóstico, es útil contactar primero con la Asociación Nacional de Autismo y obtener una lista de diagnosticadores recomendados.

Muchos profesionales aún no tienen una idea experta sobre qué es el SA. A una pareja un profesional le dijo que el SA no afecta a adultos, sino sólo a niños. A otros les dijeron que las personas con SA no tienen relaciones. Estas opiniones pueden ser contraproducentes para una pareja que ha tenido el coraje de buscar ayuda. Es importante que la pareja sea remitida a alguien que entienda de SA en adultos.

Si la decisión del consejero es trabajar con la pareja, deben negociarse una serie de condiciones. No hay cura para el SA, es un trastorno que dura toda la vida. Algunas parejas pueden agarrarse a la esperanza de que las sesiones le curarán, pero esta esperanza es falsa. Es muy difícil que se produzca un cambio en el rígido e inflexible mundo del SA. Los cambios son sin embargo posibles si existe interés, motivación y acuerdo; estos cambios, aunque relevantes, son a menudo bastante pequeños.

El miembro NT de la pareja será quien haga la mayoría de los cambios. Aprenderá un nuevo modo de comunicarse con su pareja. Muchas parejas cuentan que es como si hablaran distinto idioma. Ella necesitará ser directa, clara y precisa, ya que él encontrará la comunicación no verbal casi imposible de interpretar y transmitir. Los dobles sentidos, las ambigüedades y el sarcasmo le son extremadamente difíciles de interpretar.

Como es incapaz de resolver lo que ella está pensando o empatizar con su estado emocional, él se verá obligado a hacer suposiciones sobre sus pensamientos y sentimientos si éstos no se verbalizan de forma correcta y simple. Estas suposiciones suelen estar equivocadas y es posible que él acabe desarrollando el temor de no hacerlo bien. Como consecuencia, puede desarrollar la estrategia defensiva de no contestar para evitar una posible confrontación. Es necesario que las parejas sepan reconocer este tipo de comportamiento para que puedan cambiarlo.

Trabajar con una pareja en la que uno de los miembros tiene AS requiere un modo de asesorar totalmente distinto del que hemos aprendido en la mayoría de los cursos de entrenamiento para consejeros. El consejero debe trabajar con dos modos diferentes de procesar el pensamiento.

Trabajar con un adulto con SA requerirá un acercamiento cognitivo-conductual. El consejero necesitará discernir qué es causado por el SA y qué se debe a los rasgos básicos de la personalidad del individuo. El SA puede exagerar el temperamento de una persona y producir una personalidad muy pasiva o muy controladora o, en ocasiones, agresiva.

Usar listas y escribir las cosas puede ser esencial. La palabra escrita no requiere la misma forma de proceso mental que la comunicación verbal y puede funcionar de modo más exitoso con individuos con SA. También ayudará a la pareja el usar listas y diarios como parte de su vida cotidiana. Es necesario aprender nuevos métodos y estrategias y ponerlas en práctica.

El miembro de la pareja NT puede encontrar que cambiar su modo de comunicarse es agotador y antinatural. El ánimo y la ayuda, así como ofrecer comprensión, será crucial para su bienestar y autoestima, que probablemente ya estará bastante baja.

Dado los límites de este artículo, es imposible incorporar todos los aspectos y temas que pueden presentarse al trabajar con el SA. Este artículo por tanto sólo puede aportar una simple mirada ante los cambios que un consejero debe adoptar cuando trabaja con una pareja afectada por SA. Debe decirse que el SA es, sobre todo, un trastorno en las relaciones y puesto que los problemas en la relación son uno de las principales razones por las que muchas parejas visitan a un consejero, es bastante probable que uno se encuentre con una de ellas en algún momento. El conocimiento puede ser crucial para la pareja o el individuo implicado y, como muestra este estudio, puede marcar la diferencia para que la pareja permanezca junta o se separe.